¿Cómo puedes ayudar a tus hijos pequeños a tener hábitos saludables?
Los padres y personas responsables de los niños y jóvenes juegan un papel crucial en la formación de hábitos, pues éstos se gestan y construyen desde los primeros años pudiendo perdurar el resto de la vida. Por eso es importante que hábitos, como la elección de alimentos, bebidas, cuidado del sueño y actividad física, inicien a edades tempranas y se incluyan como parte de la formación del pequeño individuo y el adolescente.
Aquí, algunas recomendaciones generales:
Explícale de una manera divertida y entretenida, cuáles son los alimentos y bebidas que se pueden incluir en un plan de alimentación saludable. Utilizar los sentidos para jugar con los alimentos es una buena herramienta para estimular e involucrar al niño con su alimentación.
Involucra y deja que tu hijo elija alimentos y bebidas adecuados para el menú familiar. Ser parte de la tarea cotidiana de la familia en la elección y preparación de bebidas y alimentos de la dieta familiar lo hará sentir involucrado.
Permítele planear contigo sus refrigerios orientándolo tanto por sus gustos como por sus requerimientos saludables.
Consume alimentos y bebidas saludables como frutas, verduras frescas, agua natural, carnes magras, leguminosas como frijoles, chícharos, habas, etc., ya que los niños aprenden rápido e imitan lo que ven. ¡Eres su modelo a seguir!
Busca actividades que incorporen ejercicio físico, como bicicleta, jugar con el balón, caminar, etc. ¡Moverse siempre es una buena idea!
Hablar con los niños sobre el significado de ser sano y estimularlo a tomar decisiones saludables es una estrategia para enseñarle a que su cuerpo sea fuerte, que pueda realizar sus actividades intelectuales, de aprendizaje, físicas y de esparcimiento, a través de hábitos positivos. No incluir en el discurso tamaños o formas del cuerpo.
Regular y limitar el tiempo frente a la televisión, tablet o celular es importante, pues estas actividades de ocio pasivas no favorecen las de juego físico y de movimiento.
Asegúrate de que tu hijo duerma lo suficiente. Existen algunos estudios que relacionan el exceso de peso con la falta de sueño en niños y adultos: La cantidad de horas de sueño dependerá de la edad.
En cuanto a la alimentación, puedes ayudar a tu hijo a comer mejor siguiendo los siguientes consejos:
Evita servir porciones grandes o la cantidad de comida o bebidas que tu hijo elija para una comida o refrigerio. Comienza con cantidades más pequeñas de comida y deja que tu hijo pida más si todavía tiene hambre. Si tu hijo quiere alimentos o bebidas de un paquete, contenedor o lata, lee la etiqueta de información nutricional para ver la cantidad que equivale a una porción. Asegúrate de que la porción de tu hijo sea igual al tamaño de la porción que aparece en la etiqueta. Así podrás evitar calorías, grasas y azúcares adicionales
Pon alimentos y bebidas saludables donde se vean fácilmente y mantén los alimentos y bebidas con muchas calorías fuera de la vista, o mejor evita comprarlos.
Cuando vayan a un restaurante de comida rápida, anima a tu hijo a elegir opciones más saludables, como frutas o verduras frescas en lugar de papas fritas.
Trata de sentarte a la mesa en familia para las comidas lo más a menudo que puedan, y traten de no comer con prisas o de camino a algún lugar.
No permitas que coman delante de la televisión, computadora o algún otro aparato electrónico.
Y para el ejercicio, puedes seguir estas ideas para animarlo a realizarlo continuamente:
Recuerda que la formación de hábitos no se hace de un día para el otro, o se logrará con sólo decirlo, es una tarea de permanencia, de aciertos y errores, así aprenderán todos juntos. Lo importante es ser constante en la meta. Y no olvides que el apoyo de un profesional de la salud ético es esencial.