La operatividad y responsabilidad de una hospitalización en el caso de los desórdenes de alimentación debe estar en manos del equipo médico-nutricional. Sin embargo, los criterios para tomar esta decisión e indicación deben ser de conocimiento y formar parte del campo de acción de todas las disciplinas y discursos que nos dedicamos a investigar, tratar y aplicar estrategias de intervención en el campo de los desórdenes de alimentación.
La responsabilidad clínica es sustancial y definitoria para muchos casos en donde el retardar una intervención de este orden puede poner en riesgo la integridad física e incluso la vida de una persona. Veamos primero estas indicaciones y luego ampliaremos algunos puntos sobre el contexto que rodea la hospitalización, teniendo en cuenta que son generalidades y que no hablan del caso por caso.
Los criterios que se deben reconocer para indicar la hospitalización en un paciente con un desorden de alimentación son los siguientes:
La hospitalización en los casos de los Trastornos de la conducta alimentaria es un último recurso terapéutico, y sólo está indicada cuando se pone en peligro la vida del paciente debido a las complicaciones de la enfermedad, con el objetivo de estabilizar, no de tratar el TCA per se.
Los criterios de derivación de la atención primaria a la hospitalización urgente (servicio de urgencias de hospital general) para recibir tratamiento médico son los siguientes:
Derivación a valoración psiquiátrica urgente
Los criterios de derivación a valoración psiquiátrica urgente (por el servicio de psiquiatría de un hospital) son los siguientes:
La recomendación clínica básica es indicar la hospitalización cuando el estado clínico implique riesgo de complicaciones graves, haya síntomas depresivos importantes con riesgo de autolesiones o conductas autolesivas importantes.
Hasta aquí los parámetros que nos brinda la Secretaria de Salud en un esfuerzo por sistematizar la información para los especialistas y equipos multidisciplinarios que atienden los desórdenes de alimentación en aras de una mejor práctica clínica.
Sin embargo, es importante que esta información también sea transmitida a las personas afectadas por un probable diagnóstico de este tipo, por ejemplo, familiares, personas cercanas, instituciones vinculadas con grupos vulnerables como son las escuelas, universidades, etc., y para todo aquel que se sienta concernido.
Una de las condiciones preliminares antes de un tratamiento psicoterapéutico o psicoanalítico con una paciente anoréxica o bulímica es la verificación del estado fisiológico en que se encuentra. Esta valoración debe ser hecha por la mancuerna médico-nutricional, pues como se detalló en los criterios previos, hay indicadores como un índice de masa corporal bajo para esa paciente, y otros límites más, que establecen que dicho sujeto puede estar en riesgo vital. Desde la práctica psicoanalítica resulta contraproducente iniciar o continuar un trabajo psicoterapéutico, por lo tanto la indicación será una hospitalización.
Este situación tiene un valor determinante pues la experiencia clínica nos muestra que hay muchos casos en donde los familiares o las propias pacientes han acudido previamente a profesionales del área de la salud física y mental, sea por intuición, por desconocimiento o por seguir recomendaciones, que no tienen la experiencia teórica, ni clínica para valorar la situación que tienen en frente. Esto causa intervenciones iatrogénicas, pérdida de tiempo y sobretodo poner en riesgo la vida de las personas, incrementar la inestabilidad del entorno, y no en pocos casos, coludirse con el síntoma de la paciente o de la familia.
No es sencillo, ni fácil asumir y llevar a cabo una hospitalización para los familiares, los padres, la madre, o quien sea cercano y por supuesto para la persona que tiene el problema. Sin embargo, está decisión e intervención da la oportunidad de salvar vidas y estabilizar a un sujeto para que pueda estar en condiciones de iniciar un tratamiento.
Bibliografía:
Secretaria de Salud (2013), Prevención y Diagnóstico Oportuno de los Trastornos de la Conducta Alimentaria: Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa en el Primer Nivel de atención.