Cuando nos remontamos a la Edad Media y sabemos de los grandes caballeros que ganaban batallas y saludaban a princesas cautivos en castillos, pocas veces reflexionamos ¿qué comían esos caballeros, los reyes y las princesas? Y es que el esplendor opaca a quienes con su trabajo hacen que se alimente el mundo.
Lo mismo ocurre en las grandes ciudades donde se asientan restaurantes y supermercados, sobre todo en las colonias de regulares o altos ingresos.
Los citadinos, cuando salimos de paseo y miramos el campo de lejos, pero que interesante resulta si nos acercamos a ver los surcos cuando comienza a desarrollarse la semilla que se colocó con cuidado en la tierra preparada con el debido tiempo. En unos meses se cosechará maíz, frijol y hortalizas y a las huertas se pasará a cosechar legumbres y frutas de los árboles, todo es el alimento que consumimos para el desarrollo físico e intelectual.
En el campo empieza la vida y así debemos reconocerlos niños y adultos, ricos y pobres.
En el campo también existen niveles sociales hay quienes producen con grandes recursos, pero tal vez la mayoría trabaja con instrumentos limitados y la esperanza de un buen temporal. Esos son los héroes que hoy 16 de octubre, La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) recomienda que reconozcamos y aun les rindamos homenaje son los campesinos en México, de América, de África, y de Asia que luchan contra las sequías y la desertificación.
Lanzamos un reclamo a los gobiernos para que apoyen a los campesinos pobres y que los medios de difusión masiva dejen de manipular el gusto de la humanidad y todos resaltemos los beneficios de una alimentación sana para fortalecer nuestras capacidades físicas y mentales porque de ello depende el verdadero desarrollo.