EL CUERPO NO SOLO VIVE DE FRUTAS Y VERDURAS
La mayoría de las guías alimentarias recomiendan un consumo de entre cinco a diez porciones de frutas y verduras al día, esta recomendación se basa en que su consumo nos aporta principalmente hidratos de carbono de absorción rápida, fibra, vitaminas y minerales que pueden actuar como antioxidantes y ayudar a disminuir niveles de colesterol, presión arterial, mejorar nuestro sistema inmunológico y disminuir el riesgo de contraer cáncer. Los hidratos de carbono de lenta absorción están presentes en los cereales como la tortilla, el pan, arroz, frijoles, lentejas, pasta que generalmente son una fuente importante de hierro y calcio porque las harinas están enriquecidas.
Pero ¿sería buena idea alimentarnos exclusivamente de este grupo de alimentos?, la respuesta es NO, los efectos serían un desequilibrio de macronutrimentos como grasas y proteínas (componentes básicos de la dieta). La grasa es necesaria para tener energía, una buena salud cerebral, y metabolizar algunos nutrimentos y las proteínas son necesarias para desarrollar masa muscular y tener un sistema inmune fuerte.
Se observa que cuando la gente aumenta el consumo de frutas y verduras disminuye significativamente los niveles de la proteína C reactiva que es un predictor de inflamación crónica y enfermedades asociadas a esta como ateroesclerosis, accidentes cerebrovasculares, diabetes y enfermedades autoinmunes. Sin embargo, alcanzar los requerimientos nutrimentales resulta prácticamente imposible, ya que es un grupo que se caracteriza por su bajo aporte de calorías.
Y ni hablar de algunas vitaminas y minerales importantes como la vitamina B12, presente principalmente en productos de origen animal, la vitamina D presente en la yema de huevo, quesos, pescados y el hierro, también presente principalmente en la carne, y que, aunque algunas verduras como las espinacas contiene una buena cantidad también las verduras de hoja verde son altas en fitatos que disminuyen su absorción.
Es por esta razón que después de muchos años y mucha evidencia científica detrás podemos decirte que lo ideal es el equilibrio entre los macronutrimentos que serían proteínas, grasas e hidratos de carbono o carbohidratos.