El ejercicio es salud, bienestar, te hace sentir mejor, etc. No es novedad y lo escuchamos constantemente. Pero, el ejercicio en pacientes con trastornos alimentarios, con mucha frecuencia es usado como conducta compensatoria (purgativa) con el propósito de gastar calorías y adelgazar. Es común que el ciclo de restricción y purga comience con ejercicio físico intenso y le proceda una dieta restrictiva. Por lo anterior, la idea de incluir ejercicio en el tratamiento de los trastornos alimentarios como anorexia y bulimia pareciera provocativo y es un tema controversial.
Entonces, ¿qué papel juega el ejercicio en un tratamiento de recuperación en un paciente con anorexia o bulimia? ¿Se debe hacer ejercicio o se debe suspender? La experiencia clínica nos ha hecho considerar el ejercicio como un factor más dentro del tratamiento, y hacer indicaciones precisas respecto a este es fundamental. Ya sea la suspensión total de la actividad física o el realizarlo, el caso en particular dictará las estrategias a seguir.
Existe evidencia científica que avala integrar el ejercicio físico dentro de un tratamiento de recuperación, siempre y cuando se cumplan ciertas características. Si el caso o las circunstancias no lo permiten, podría ser contraproducente.
Diversos estudios han demostrado el efecto del ejercicio sobre conductas no saludables en pacientes con trastornos alimentarios: disminuye la actitud de exigencia hacia el ejercicio, reduce la búsqueda de la delgadez, hay menores síntomas compensatorios (vómito, ayunos, uso de laxantes), mejora la satisfacción corporal, facilita la ganancia de peso en pacientes con anorexia nervosa, aumenta la fuerza muscular, contribuye a revertir anormalidades cardiacas secundarias a la anorexia y mejora la calidad de vida.
Respecto al tipo de ejercicio, el de resistencia demostró aumento en la fuerza muscular, índice de masa corporal y porcentaje de grasa en pacientes con anorexia. Por otro lado, el ejercicio aeróbico, disminuyó significativamente las conductas alimentarias patológicas. En ambos casos los síntomas depresivos redujeron. No se registraron efectos adversos.
Basado en las revisiones literarias, se identificaron 10 puntos a tomar en cuenta para utilizar el ejercicio eficazmente en la recuperación de un trastorno alimentario
Es importante abrir el tema del ejercicio en pacientes con trastornos alimentarios ya que, en muchos casos, puede ser una herramienta útil en su recuperación. Es responsabilidad del equipo tratante diseñar un programa adecuado, y apoyarse en cuidadores para que la intervención sea benéfica.
Fuentes bibliográficas
McComb JJR, Clopton JR. The effects of movement, relaxation, and education on the stress levels of women with subclinical levels of bulimia. Eat Behav. 2003; 4:79–88.
Cook, B. J., Wonderlich, S. A., Mitchell, J. E., Thompson, R., Sherman, R., & McCallum, K. (2016). Exercise in Eating Disorders Treatment: Systematic Review and Proposal of Guidelines. Medicine and science in sports and exercise, 48(7), 1408–1414. https://doi.org/10.1249/MSS.0000000000000912