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17 septiembre, 2020El placer de un chocolate
Todos hemos disfrutado de una deliciosa taza o barra de chocolate. Su aroma, sabor, textura puede ser capaz de evocarnos a algún recuerdo en especial o de “calmar” alguna cuestión emocional. ¿Y eso está justificado, o es una cuestión de tradición?
Desde la antigüedad, el chocolate ha tenido gran valor. Si recordamos que proviene del “Theobroma cacao” o mejor conocido como cacao, alimento de los dioses, es de destacar el valor que este alimento ancestral tiene desde su composición nutrimental, el ser considerado “moneda de cambio” hasta los muchos beneficios en la salud que en los últimos años se han dado a conocer.
Originalmente, el cacao fue consumido como bebida cuyo sabor era amargo por lo que comenzó a combinarse con azúcar, vainilla, canela para ser mejor aceptada. Al combinar los productos obtenidos del prensado de cacao se obtiene la pasta de chocolate. Fue aproximadamente en 1657 cuando un ciudadano francés que residía en Londres comenzó a vender tabletas de chocolate para la preparación de la bebida en casa; es este el origen del chocolate que conocemos actualmente. Fue a mediados del siglo XIX cuando los suizos comenzaron a combinar chocolate con leche evaporada dando origen al famoso chocolate suizo.
El uso del chocolate se popularizó durante la Primera y Segunda Guerra Mundial al dar este alimento a los habitantes de los países vencidos, ya que es un alimento completo, al aportar todos los macronutrimentos (hidratos de carbono, proteínas y lípidos) por lo que es una importante fuente de energía.
Además de su completa composición, el chocolate contiene gran cantidad de flavonoles, cuyo consumo se asocia a una mejor salud cardiovascular, mantiene niveles de colesterol plasmático y a una mejor relación de colesterol HDL y LDL (“colesterol bueno y malo”); contiene gran cantidad de antioxidantes cuyo efecto es benéfico en patologías como cáncer, enfermedad de parkinson, alzheimer.
En los últimos años se ha instaurado el término “chocohólicos” (personas adictas al chocolate), cuyo patrón son mujeres que no pueden resistir el consumo de un chocolate. Por lo anterior, se han realizado estudios con la finalidad de analizar diversos componentes del chocolate similares a la cafeína, la principal la teobromina, feniletilamina y tirmiana (estas últimas con una estructura similar a las anfetaminas) sin embargo aunque se encuentra en mayores cantidades que la cafeína, en diversos estudios se ha observado que al brindar estas sustancias encapsuladas no calman la necesidad de consumir un chocolate, por lo que se concluye que “es la experiencia hedónica que proviene del aroma, del sabor, de la textura, y de la sensación que produce la fusión del chocolate en el paladar” lo que hace a este alimento irresistible.
¿Se debe sentir culpa al consumirlo? Si bien la oferta de producto es amplia (desde el chocolate 70% cacao hasta el chocolate blanco) y los beneficios son muchos, es importante tener en cuenta que una alimentación saludable va más allá de la cantidad de macronutrimentos que consumimos; el placer que se experimenta no lo da únicamente el alimento, son el momento en el que se consume, las personas y situaciones alrededor los que propician la experiencia hedónica. El tener una alimentación saludable va más allá de nutrimentos, de indicaciones de un nutriólogo o de porciones, incluye el placer del acto de comer.
BIBLIOGRAFÍA
Valenzuela B., Alfonso (2007). El chocolate, un placer saludable. Revista Chilena de Nutrición, 34(3),0.[fecha de Consulta 29 de Agosto de 2020]. ISSN: 0716-1549. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=469/46934302
Waizel-Haiat S y cols. Cacao y chocolate: seducción y terapéutica An Med (Mex) 2012; 57 (3): 236-245