¿Es necesaria la restricción de alimentos para cuidar mi salud?
Con el inicio de año, podemos encontrar infinidad de consejos para mejorar o conservar la salud, estos pueden ir desde hacer ejercicio, mejorar la hidratación, hasta consejos para mejorar hábitos de alimentación que pueden incluir la restricción de porciones y/o grupos de alimentos. ¿Pero es realmente necesario tener algún tipo de restricción?
Generalmente cuando hablamos de restricción de alimentos se cree que es algo fácil de mantener bajo control, sin embargo, en mi experiencia he visto como al inicio de esto se cree tener el control de la situación o de lo que se quiere restringir, pero no puede ser sostenible por un período muy largo de tiempo. Cuando esto sucede, los sentimientos de frustración y culpa aparecen, la persona se cree incapaz de lograr un cambio y los papeles se invierten, como si ahora la comida manejara la situación.
Lo anterior, ocasionará un ciclo de restricción, pérdida de control y culpa del cual es difícil salir si no se cuenta con la orientación adecuada.
En nuestra sociedad es fácil asociar el autocuidado con una alimentación a base de vegetales y proteínas, hidratos de carbono en poca cantidad y agua suficiente, sin embargo, es importante recordar que cada cuerpo es diferente y sus necesidades son distintas tanto de energía como de otros nutrimentos. La restricción trae consigo mayor restricción, mala salud física y mental y probablemente llevará a un bajo peso.
Los seres humanos no funcionamos bajo restricciones en ningún sentido y mucho menos en los alimentos; es así como la restricción no puede ser sinónimo autocuidado o la clave para mejorar la salud ya que forma parte de las conductas alimentarias de riesgo que de cierta manera son aceptadas por la sociedad y son bien vistas, incluso admiradas por lograrlo. Sin embargo, es una conducta que continuamente pone a la persona en lucha con si misma, inhibe la percepción de señales humanas como lo es el sentir hambre-saciedad, quita la confianza en la elección de alimentos y predispone al desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria.
Si buscas mejorar o conservar tu salud, es importante incluir todos los grupos de alimentos para que las funciones del organismo se realicen y el equilibrio se mantenga, pero lo más importante es, para mantener un equilibrio que, de tranquilidad, que evite periodos de ansiedad, pérdida de control y frustración. Es en este momento donde la educación nutricional juega un papel importante ya que lamentablemente nos encontramos rodeados de información sin evidencia, por lo que acudir con un especialista en trastornos de la conducta alimentaria puede ser el primer paso que ayudará a mejorar esta relación con los alimentos.