A casi un año de que el famoso coronavirus se hizo presente en este país y de que comenzamos a ver a nuestros pacientes en línea, he podido observar algunas constantes que se repiten en los pacientes con problemas alimentarios que solicitan ayuda a TRIA.
La pandemia ha contribuido a la visibilización de este tipo de problemática, con características variadas en cada paciente. Muchos nos transmiten el surgimiento de la misma a causa del encierro, la monotonía, la dificultad para salir a divertirse con los amigos. Situaciones que agudizan la ansiedad, la depresión y que muchas veces encuentran en la alimentación una forma de contenerlos. Ya sea en exceso o en la supresión de la misma y/o en la búsqueda de actividades compensatorias, las más de las veces excesivas, como: ejercicio, vómito, laxantes. En algunas ocasiones aparecen también síntomas de mayor gravedad como las autolesiones o la ideación suicida.
Los jóvenes encerrados en sus cuartos se sumergen en el internet en búsqueda de paliativos que les ayuden a soportar los vacíos que se presentifica en las largas horas de confinamiento.
Recibimos casos que piden consulta con la “tarjeta de presentación” de padecer algún trastorno alimentario, pero al hacer la entrevista inicial nos percatamos de que la patología es más grave y que los síntomas relacionados a la alimentación, son solo parte de una problemática estructural mayor. Son casos en que la estructura que subyace a los síntomas muchas veces dista de ser neurótica y nos obliga a “Tomar cartas en el asunto”, recomendando la intervención del psiquiatra y en ocasiones poniendo en la mesa a la familia, que si su hija pierde un solo gramo, no la podemos atender de forma ambulatoria. La recomendación de la terapia familiar, ha sido también casi obligada en estos casos “pandemia”, por llamarlos de algún modo.
Y no es que no tuviéramos en TRIA casos de este tipo anteriormente, sino que se han agudizado y multiplicado sustancialmente durante el último año.
La pandemia ha destapado lo que estaba oculto y ha servido de detonador para síntomas que a lo mejor hubiesen tomado otro derrotero, quizá menos grave…