El papel que juega la nutrición en la práctica de un deporte es esencial para conseguir beneficios que pueden ir desde pérdida de peso y búsqueda de la salud, hasta cuestiones más específicas como mejorar el rendimiento deportivo o buscar un porcentaje de grasa para la ejecución de una actividad particular. Es necesario mencionar que la práctica de la actividad física de forma regular y controlada posee una serie de efectos benéficos en la salud física y mental. Está comprobado que la práctica de deportes en edades tempranas promueve hábitos saludables y enfoques más positivos hacia el mantenimiento de estos hábitos por el resto de la vida. Sin embargo, si esta práctica deportiva se lleva a cabo de manera obsesiva o con objetivos diferentes al mantenimiento de la salud puede ser un factor de riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria. (Dosil Joaquin, 2012)
Existen una serie de factores que hacen a los deportistas una población de mayor riesgo, algunos son los siguientes:
En algunas disciplinas deportivas a nivel profesional puede haber mayor riesgo de desarrollar un trastorno alimentario, algunas son:
Deportes de categorías, como judo, lucha, remo, y boxeo.
Actividades de gimnasio, como fitness y culturismo.
Deportes de estética: danza, gimnasia, patinaje artístico y nado sincronizado.
Deportes de resistencia y rendimiento con bajo peso: atletismo, natación, ciclismo y jockeys. (Dosil Joaquin, 2012)
En el caso de los deportistas de alto rendimiento dedicados gran parte de su vida a la disciplina que ejecutan es relevante tomar en cuenta que también son individuos psicosociales, y aunque el control riguroso en cuanto a su peso relacionado con su desempeño es parte importante de su entrenamiento, en particular en tiempos de competencias, hacerlo en un programa que tome en cuenta estrategias de prevención para fomentar hábitos nutricionales saludables, los aspectos psicológicos y el entorno es fundamental.
Un equipo multidisciplinario conformado por entrenadores, nutriólogos, psicólogos, médicos, y las instituciones deportivas que acogen al deportista, etc., deben estar capacitados y tener presentes estos factores de riesgo para detectar trastornos de la alimentación en los deportistas y conocer las estrategias para la referencia a los profesionales pertinentes. Recodar que la nutrición deportiva es área de los nutriólogos, no de los entrenadores, amigos o incluso familiares, porque, aunque este factor es muy importante para el buen rendimiento físico, al mismo tiempo puede esconder la gestación de un desorden alimentario.
Referencia:
Dosil Joaquin, D. I. (2012). Trastornos de alimentación en deportistas de alto rendimiento . Catálogo generales de publicaciones oficiales , 13.