Cuando el agua deja de ser saludable.
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Durante esta época es muy común recibir invitaciones a reuniones familiares o de amigos en donde platillos típicos de la época estarán presentes; ya sea desde el tradicional pavo, unos romeritos o bacalao, una ensalada nochebuena o de manzana nunca pueden faltar.
Es notable observar cómo en los últimos años la preocupación en relación al cuerpo, el físico y la “salud” han aumentado, y esto ha dado lugar a que muchos platillos se ubiquen en un lugar de no saludables, aumentando el juicio hacia los alimentos y los problemas que esto puede generar, como conductas desordenadas, compulsivas y restrictivas con la comida.
Algunos de estos mitos son:
- Los platillos de la época son altos en grasas y azúcares: Esta frase es muy común escucharla en el consultorio, sin embargo, para quién aplica esta frase. Hay que recordar que no todo aplica para todos.
- Come un poco de cada platillo: Si bien puede ser una buena idea el probar cada platillo, si hay alguno que te agrade más consúmelo nuevamente con tranquilidad. Ten presente que algunos ingredientes son típicos de la época, por lo que son sabores que no tendrás presentes el resto del año.
- Evita tomar ponche porque sólo es azúcar: Este mito es muy común escucharlo pero deja de lado el aporte de antioxidantes y fibra que se puede obtener a través de esta bebida.
Como puedes ver, cada alimento y/o platillo tomará una posición “buena o mala” según la perspectiva desde la que se mire. Los platillos navideños aportan todos los grupos de alimentos y son una buena fuente de antioxidantes. Algunos otros como el bacalao, tienen un aporte importante de omega 3 cuyo consumo en nuestra población es muy bajo durante el año.
En las cenas Navideñas es importante agregar el ingrediente principal que es la convivencia con nuestros seres queridos que son momentos que hemos aprendido a valorar en momentos de pandemia, por lo que el ver a la comida únicamente como una fuente de nutrimentos puede privarnos de esa experiencia.