Alga spirulina, granos orgánicos, gluten free, vegano, etc. Todas son palabras con las que podemos encontrarnos cuando decidimos iniciar una vida sana. Pero ¿dónde está el límite? ¿Podría el camino hacia el mundo orgánico, el veganismo, el vegetarianismo, etc, convertirse en una trampa para adolescentes y adultos del inicio de un Trastorno más profundo?
Todas son palabras con las que podemos encontrarnos cuando decidimos iniciar una vida sana. Pero ¿dónde está el límite? ¿Podría el camino hacia el mundo orgánico, el veganismo, el vegetarianismo, etc, convertirse en una trampa para adolescentes y adultos del inicio de un Trastorno más profundo?
La ortorexia es un trastorno poco conocido que comienza con la intención de mejorar la calidad de la alimentación, pero que en muchos casos podría ser el inicio de una obsesión hacia los alimentos sanos y los completamente prohibidos.
Ortorexia deriva del griego orthos, lo correcto, y orexi, apetito, por lo que quiere decir literalmente «hambre por la comida correcta». Las personas que atraviesan una anorexia o bulimia tienen fijación con la cantidad, mientras que los ortoréxicos tienen fijación con la calidad de la comida. Algunas veces si la ortorexia avanza, puede desembocar en una anorexia o algún otro trastorno.
Para algunos especialistas la ortorexia es la forma más moderna de la anorexia que aparece como una forma extrema del cuidado por lo que se consume y que poco a poco va modificando la manera de comer fomentando restricciones y acompañada de rituales.
Podemos deducir que es un trastorno reciente que se ve fortalecido por la oportunidad de algunos sectores comerciales que han aprovechado las expectativas de los consumidores para venderles productos que ofrecen propiedades casi milagrosas, pero que en la mayoría de los casos se quedan en promesas.
En algunos casos se observa que la demanda del paciente es estar asesorado con su transición al veganismo o vegetarianismo, pero con el tiempo te vas dando cuenta de que es más un trastorno alimentario encubierto por una filosofía de vida, que con el tiempo puede ir limitando a los pacientes a disfrutar de múltiples cosas, por estar obsesionados con los alimentos.
Signos de alarma
Los especialistas recomiendan no catalogar a los alimentos en buenos y malos, se debe hacer hincapié en moderar las cantidades y aprender a comer de todo, pero también en fomentar un contexto saludable para alimentarnos. Un signo de alarma es cuando los adolescentes comienzan a evitar salidas y encuentros con amigos o familia porque prefieren comer diferente.
La comunicación con los hijos es importante, y hay que aprender a escuchar e indagar que hay detrás de frases como “esto me cae mal”, “esto me saca granitos” “esto no me gusta porque engorda” “esto no es saludable”. Porque generalmente la información que se encuentra en las redes sociales es confusa o puede ser errónea, pero sirve para reforzar ideas en los jóvenes.
En algunos casos padres de familia están inmersos en este tipo de trastornos, ya que la generación de los que ahora tiene 40 y 50 años, y tienen hijos mayores de 10 años podrían estar involucrados en el tema de la comida sana y ayudar a predisponer un desorden en sus hijos. También se observa que un factor que puede predisponer, son las familias en las que los padres están constantemente a dieta.
Recuerda que no hay alimentos malos, hay dietas que pueden ser poco saludables. Y en cualquier circunstancia de cambio de estilos de vida hay que estar asesorado de un especialista.