En estos tiempos, para las personas que tienen esa posibilidad es momento de mantenerse alejados de muchos de sus seres queridos, de los espacios de trabajo ordinario y de guardarse en casa. Esto, como se ha dicho en varios lugares exige a la vez, poder mantener las actividades diarias pero también sostener una convivencia que no es a la que estamos aconstumbrados. Sobre todo para aquellas personas que viven acompañandas por sus familias puede convertirse en un reto importante.
Para cada persona la vivencia del encierro aparecerá con particularidades diferentes. Y éstas, son la mejor orientación para tomar las decisiones respecto a cómo organizar la vida dentro de cada espacio.
Por la preocupación que existe alrededor de las consecuencias de la cuarentena y su duración, desde muchos espacios de ha difundido información respecto a cómo proteger nuestra salud mental, cómo sentirnos bien durante estos días y no agravar así los efectos del encierro. Cómo mantener una rutina, qué actividades son convenientes para estar en armonia y conservar la calma, entre muchos otros consejos que circulan por todos los medios.
Las escuelas preocupadas por mantener la más posible las actividades académicas de los niños, han pedido a los padres que mantengan las actividades escolares a distancia, otros también sugieren como alimentarnos y llevar a cabo cierta actividad física importante para la salud.
Y quienes pueden han migrado sus compromisos laborales a la ya familia “home oficie”. Y quienes no, han tenido que arreglárselas para poder cuidarse, atender su trabajo y las necesidades diarias de sus personas queridas.
Por todas estas condiciones bajo las cuales estamos viviendo hoy en día, debemos tener claro que no es una situación ordinaria, que muy por el contrario son momentos muy diferentes a lo que vivimos cotidianamente.
Por esta razón, es importante poder mantener sana distancia respecto a las expectativas que tenemos en relación a la vida diaria. Durante este período es mas importante hacer las cosas que privilegien las buenas relaciones y la paz en los espacios comunes, más que aquellas orientadas a logros u objetivos muy específicos. Es decir, cada familia, cada persona tendrá que evaluar que es mejor para cada una en estos momentos. Quizás para algunos sea importante poder conservar una rutina estructurada, mientras que para otros esto pueda ser un elemento que genere más tensión.
Se trata sobre todo de un momento en el que estamos convocados a cuidarnos unos a otros atendiendo a las indicaciones oficiales respecto a lo que podemos y debemos hacer, pero también de innovar y crear nuevas formas de estar en condiciones tan particulares como las que hoy en día vivimos. No debemos sentirnos atados a formas “correctas” de hacer las cosas, sino encontrar que funciona para cada quien. Quizás un día sea mas productivo que otro, o veamos mas televisión o comamos mas. Pero ante esta variabilidad de las actividades, es preciso pensar que eventualmente llegará un punto donde podamos reanudar una nueva cotidianidad, más estable y entonces podremos estar más cerca de nuestras expectavicas y exigencias sobre como queremos que sean las cosas.