Los trastornos alimentarios, en sus múltiples variantes (anorexia, bulimia, atracón, TANES), suelen ir acompañados de otros trastornos: digestivos, tiroideos, menstruales, mentales, etc. En este post explicaré cuales son los trastornos digestivos más frecuentes, sus manifestaciones clínicas, así como las recomendaciones para que no obstaculicen el proceso de recuperación.
Los trastornos digestivos que acompañan los desórdenes alimentarios tienen diferentes manifestaciones clínicas, es decir, de acuerdo con el caso particular puede presentar uno o varios síntomas: reflujo, dolor y sensación de ardor estomacal, elevada plenitud después de comer y sensación de saciedad precoz, distensión abdominal, y dificultad para eliminar el gas. Esto produce en muchas personas que desarrollan un trastorno alimentario sensación de enfermedad y una mala calidad de vida.
Es importante considera que el 96% de los pacientes presentan plenitud después de comer y el 90% distención abdominal. En algunos estudios se ha visto que entre un 83% y 94% de los pacientes con trastornos alimentarios cumplen criterios de al menos 1 trastorno digestivo funcional. El más frecuente es el Síndrome Distrés Postprandial (SDP) que se caracteriza por sensación de saciedad precoz, distensión abdominal, náuseas y eructos; seguido de este se encuentra el Síndrome Intestino Irritable (SII) con síntomas como distensión del abdomen bajo, dolor, estreñimiento y/o diarrea.
Se ha observado que en pacientes con trastornos alimentarios crónicos existe lentitud en el vaciamiento gástrico, estreñimiento, y en raras ocasiones prolapso rectal (urgencia médica). Muchas de las conductas purgativas como vómito autoinducido o uso de laxantes producen alteraciones en las funciones digestivas. El reflujo gastroesofágico es frecuente y en muchos pacientes puede dañar la cavidad oral (deterioro de la dentadura, aftas), laringe (dificultad para hablar y tragar), el esófago (dolor en el pecho al pasar el alimento) y dificultad para que el alimento permanezca en el estómago.
Con frecuencia, estos trastornos complican la recuperación nutricia, ya que suelen ser barreras que dificultan la ingesta alimentaria, no hay sensación de recuperación y en muchos casos puede recrudecer los síntomas restrictivos. Para esto es importante normalizar la aparición de trastornos digestivos, explicar que serán transitorios y utilizar estrategias dietéticas que pueden ayudar a disminuir la intensidad de los síntomas.
Algunas recomendaciones generales son:
Si lo síntomas son muy severos, será importante tener una interconsulta con un médico gastroenterólogo, quien puede apoyar con un tratamiento en pro de la recuperación. Frecuentemente conforme el consumo alimentario se “normaliza” los trastornos tienden a disminuir la intensidad e incluso a desaparecer. Recuerda que estas recomendaciones no sustituyen la asesoría de un profesional de salud.