En México, el cáncer es la tercera causa de muerte que representa el 12% del total de defunciones. Dentro de los tipos de cáncer más común están el de pulmón, estómago, colorrectal y mama.
La predisposición genética, así como los factores medioambientales son puntos clave para el desarrollo de algún tipo de cáncer. Tener una vida sedentaria, fumar, consumir cantidades elevadas de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, así como llevar una dieta poco saludable aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Las dos formas más importantes de reducir el riesgo de cáncer consisten en evitar los agentes que lo producen, entre los cuales el tabaco es el más importante, y el consumo habitual de una dieta rica en alimentos con potencial protector frente al cáncer.
Se ha observado que el consumo de una alimentación variada, rica en frutas y verduras, permite el aporte de diversos antioxidantes como la vitamina A, C, E, zinc y selenio los cuales generalmente se asocian a una inhibición en pasos de iniciación o desarrollo de algún tumor. De la misma manera un aporte de fibra adecuado (frutas, verduras, granos) se asocia a menor riesgo de padecer cáncer de colon, ya que la fibra mejora la motilidad intestinal, previene estreñimiento, así como la exposición prolongada del colon a agentes cancerígenos como los nitritos (presentes en embutidos). Existe evidencia científica que relaciona alimentos como la soya, leguminosas, brócoli, con acciones anticancerígenas ya que contienen fitoestrógenos.
Por lo anterior, es importante recalcar que no existe un alimento específico que tenga un papel “anti-cáncer”; es el conjunto de acciones que nos permiten tener una vida saludable (ejercicio y alimentación) lo que permitirá disminuir factores de riesgo asociados.
Compartimos con ustedes unas recomendaciones generales que pueden impactar en su estado de salud y disminuir el riesgo de padecer algún tipo de cáncer.