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30 julio, 2020¿Una mala alimentación puede ser tan dañina como el alcohol para el hígado?
En los últimos años las campañas de prevención contra la obesidad advierten sobre la medición de la cintura como una medida de prevención. Nos sugieren que la cintura de las mujeres debe medir menos de 80 cm y la de los hombres menos de 94 cm, pero ¿sabemos el origen de estas medidas?
La enfermedad por hígado graso no alcohólica o esteatosis hepática no alcohólica es un padecimiento que se produce por la gran cantidad de grasa acumulada en el abdomen y que se va acumulando principalmente en el hígado en forma de triglicéridos y por un tiempo prolongado o lo que mejor conocemos como “grasa visceral”. Esta grasa va afectando las funciones del hígado y los síntomas pueden ser imperceptibles, lo que puede ir dañando a profundidad algunas partes del órgano y formar fibrosis o cicatrices en el mismo. Cuando esto ocurre en el 70% del órgano se habla de una cirrosis hepática.
¿Cómo puedo saber si padezco hígado graso? Si presentas obesidad y además frecuentemente te sientes cansado sin una razón aparente, sobre todo después de comer y estas consiente de que le hace falta actividad física a tu vida, tal vez sería buen momento para visitar a tu médico, que se te realicen estudios, revisar tus niveles de triglicéridos y empezar a tomar cartas en el asunto.
La esteatosis es tratable y reversible, ya que el hígado es un órgano que tiene la capacidad de regenerarse. Al perder peso se disminuye la inflamación y se puede recuperar por completo la función hepática. Actualmente no existen medicamentos para tratar este padecimiento, pero es tratable con el cambio de estilo de vida. La principal recomendación es la pérdida de peso, el disminuir grasa abdominal y para esto un plan de alimentación y una rutina de actividad física funcionan muy bien.
Cómo puedes empezar:
- Acude con un especialista para que te ayude a diseñar un plan de alimentación acorde a tus necesidades.
- Aumenta tu ingesta de frutas y verduras según tus necesidades: La fibra, vitaminas, minerales ayudan a mejorar el sistema inmunológico, mejoran tu digestión y favorecen un microbiota saludable que puede ayudarnos a disminuir de peso.
- El consumo de cereales integrales en las cantidades adecuadas favorece la saciedad y la digestión. Consume granos integrales como arroz, pan integral, avena, amaranto, maíz.
- Consume grasas saludables como aceite de oliva, nueces, almendras, aguacate.
- Prefiere alimentos naturales sobre alimentos procesados o enlatados
- Las preparaciones a la plancha, o al vapor utilizan menores cantidades de grasa. Prefiérelas sobre los fritos, capeados o empanizados.
- Si llevas una vida sedentaria, inicia con una rutina de actividad física que te ayude a perder peso como caminar, bicicleta y correr.